miércoles, 26 de octubre de 2011

Lleva tu amor tormentoso a otro lado que mi corazón ya se ha roto

martes, 11 de octubre de 2011

No lloraré por ti...

sábado, 6 de noviembre de 2010


-Te quiero
-Te quiero
-Estoy soñando que abrazo tu cuerpo desnudo
-Sueño que despierto siempre sobre tu cuerpo
-No quiero despertar
-Somos viejos y seguimos así... abrazados
-Abrázame... Abrázame... Abrázame... Siento el roce de tu piel... Es como si siempre hubiera estado soñando con tu piel
-Estoy soñando con la primera vez que unimos nuestras manos
-Dame tu mano, como aquella primera vez... Sólo nuestras manos...
-...como aquella primera vez
-No te separes. Acércate... Acércate
-¿Dónde está tu cuerpo?
-Estoy sola y no hay nadie que me abrace
-¿Por qué nuestros cuerpos se han alejado? Mi cuerpo esta inmóvil
-Mi cuerpo está frio. Que alguien me abrace... Que alguien me abrace
-Mi cuerpo está congelado. Acércate
-¿Por qué nos queremos tanto? ¿Por qué nuestros cuerpos ya no se necesitan?
-¿Por qué nos queremos tanto? ¿Por qué nuestros cuerpos ya no se necesitan? Beso tus caderas, tu cuello, tus labios... No quiero despertar
-Te quiero
-Te quiero

martes, 10 de agosto de 2010

Desgraciada


     -Es que a mí me gustan los inconvenientes.
    -A nosotros no -dijo el interventor-. Preferimos hacer las cosas con comodidad.
    -Pues yo no quiero comodidad. Yo quiero a Dios, quiero poesía, peligro real, libertad bondad, pecado.
    -En suma -dijo Mustafá Mondo-, usted reclama el derecho a ser desgraciado.
    -Muy bien, de acuerdo -dijo el salvaje, en tono de reto-. Reclamo mi derecho a ser desgraciado.
    -Sin hablar del derecho a envejecer, a volverse feo e impotente, a tener sífilis y cancer, a pasar hambre, a ser piojoso, a vivir en el temor constante de lo que pueda ocurrir mañana; el derecho, en fin, a ser un hombre atormentado.

    Siguió un largo silencio.
    -Reclamo todos estos derechos -concluyó el salvaje.
    Mustafá Mond se encogió de hombros.
    -Están a su disposición.